Publicado en Crónica el viernes 31 de Octubre de 2008
La salud no es únicamente la ausencia de enfermedad, es el bienestar físico, mental y social de cada persona, y además es nuestro derecho. Esto no lo digo sólo yo, la Organización Mundial de la Salud define así su visión de lo que integralmente es una persona sana. Esto, al ser un derecho, no puede estar condicionado a ningún tipo de restricción, fundándose en las creencias o convicciones.
Sin embargo, estos conceptos no por existir se convierten en una realidad a lo largo y ancho de nuestro país; para muestra sólo hay que ver el botón de lo que la ley de salud trans ha desatado en los sectores más conservadores de nuestra ciudad.
La transexualidad no es un capricho, es una condición con la que algunas personas nacen y merecen que se les garanticen al cien por ciento sus derechos, y uno de ellos es la salud.
Es por eso que la iniciativa que presenté, con el apoyo de la coalición de izquierdas, en materia de salud busca garantizar a la comunidad trans el acceso a una reasignación integral sexo-genérica.
Las reformas a la ley de salud que esta iniciativa propone les permitiría recibir en primer lugar atención psicológica, tratamiento hormonal y, si se requiere, la cirugía de reasignación sexo-genérica.
La libertad no es solamente un asunto de consignas o discursos, debe de ser una realidad cotidiana en la vida de todas las personas. La libertad de amar, de crear, de soñar y de ser. Ser, con toda tranquilidad y garantías de la ley, la persona que somos y no la que quieren ver los ojos de los demás.
Cajón de sastre:
El caso de la bella Kim Petras es maravilloso porque demuestra los resultados de la hormonación temprana, pero sobre todo la importancia del apoyo y amor de la familia.
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